
Si tienes un perro en casa por primera vez y estás un poco perdido con su educación, porque rompe cosas en casa, no para de ladrar, o cuando sales a la calle está pendiente de todo menos de ti, debes leer este artículo sobre sus necesidades básicas y ver el vídeo del final.
La mayoría de los problemas de comportamiento de nuestros perros no existirían si nosotros, sus compañeros, los ayudaramos conociendo lo que realmente necesita esta especie tan diferente a la nuestra, con ello nos anticiparemos a posibles malos ratos y gastos extras.
Todos sabemos que debemos sacar a nuestro perro mínimo tres veces al día si no queremos que haga sus cosas dentro de casa, con ello estamos previniendo que no la ensucie y por eso lo cumplimos a rajatabla.
Lo mismo sucede con las vacunas. Sabemos que lo tenemos que llevar al veterinario para prevenir enfermedades y que goce de una buena salud física.
Por lo general, cuando se trata de comportamientos que nos molestan como romper el sillón o ladrar sin parar irritando a los vecinos, no pedimos ayuda. Pensamos que con el tiempo el perro por sí sólo cambiará. Lo que normalmente sucede es lo contrario, nosotros nos desesperamos y el vínculo con nuestro perro se rompe del todo.
Nos olvidamos de la salud mental y emocional. Aún, no lo tenemos interiorizado del todo como necesidad básica de un perro. En estos casos de conductas indeseadas debemos también informarnos a través de fuentes fiables o pedir ayuda a profesionales del mundo canino.
FISIOLÓGICAS
Antes de adoptar un perro debemos saber que desde cachorro conlleva unos gastos veterinarios que durarán toda su vida. Estos gastos mínimos son de las vacunas y revisiones periódicas que deberemos tener en cuenta, y algunas visitas extras e inesperadas.
En sus primeros meses, dependiendo de la raza y del tamaño, el cachorro deberá hacer sus necesidades cada 2 horas, así que deberemos empezar cuanto antes a facilitarle el lugar correcto donde debe hacerlas. Pocas veces un perro aprende a hacer sus necesidades fuera de casa hasta los 4 o 5 meses. Para ello puedes leer el artículo donde explico algunas claves para generar hábitos higiénicos correctos.
De adulto lo deberás sacar tres o cuatro veces diarias mínimo. Si tienes un jardín o una gran parcela también. En su genética está la necesidad de olfatear y fatigarse para buscar alimento y a otros individuos del sexo opuesto para la reproducción.

PASEOS DE CALIDAD
Todos los cánidos en estado natural hacen recorridos larguísimos para su supervivencia. Su función principal es la búsqueda de alimento y el apareamiento.
Al ser animales territoriales necesitan recoger información del entorno y su manera de recogerla, en un 80 por ciento, es mediante el olfato. Al igual que nosotros nos informamos con un libro, internet, la radio o la televisión, ellos recogen información mediante el olfato. Así que, A DEJARLES OLER!! En los paseos debe haber un tiempo para hacer sus necesidades, otro para relacionarse con otros perros y otro de olfateo en el que satisfagan su necesidad de explorar. No hay que ser muy estricto con el orden, pero sí tener un mínimo de estructuración y delimitación del tiempo.
Si algún día no tenemos suficiente tiempo para dar un largo paseo tenemos más opciones como dedicar un tiempo en casa de juego con mordedores o juegos de olfato.
EDUCACIÓN PARA LA PREVENCIÓN
Cuando un perro vive bajo normas y límites le genera certidumbre porque sabrá qué le espera si realiza una determinada conducta, y así mejora la tolerancia a la frustración, genera individuos con buena resistencia al aburrimiento y con buen autocontrol. Todo ello debe de ser fomentado bajo una disciplina adecuada, y esta es la que se ejerce en un entorno correcto de afecto.
El perro debe tener claro que rechazaremos cualquier conducta agresiva como por ejemplo gruñidos. Esto debe ser siempre, no unas veces sí y otras no.
Un buen vínculo entre el perro y su guía es aquel que genera una dependencia sana, afecto y una identificación positiva. La identificación positiva es la percepción del individuo de que todo lo que se hace es por su bien.
Un buen adiestramiento en obediencia básica nos servirá de apoyo para su futura educación y reforzar el vínculo.
MENTALES
Hace tiempo pensaba que tenía «perros todo terreno”, es decir que podía estar con ellos en cualquier sitio, sólo porque salía a correr y los cansaba físicamente. Con el tiempo, me he dado cuenta de que no era del todo cierto.
Aparte del ejercicio físico jugaba con ellos y realizábamos ejercicios de adiestramiento en la playa, en el parque y en mi casa. Lo hacía porque nos divertíamos, pero sin saberlo estaba cubriendo una de las necesidades con más relevancia para el equilibrio de un perro; la estimulación mental.

Mediante el juego y el adiestramiento estamos favoreciendo varios aspectos a la vez:
- Estimulación mental. Cuanto más aprende, más fácilmente es capaz de realizar otras habilidades.
- Reforzamiento del vínculo guía-perro. Aumenta la confianza contigo y con él mismo, por lo que mejora también su estado emocional, que también solemos olvidar.
- Ejercicio físico. A más juego, más tranquilo en casa y en la calle.
NECESIDADES EMOCIONALES Y DE AFECTO
El perro es un animal social y necesita a su familia para la supervivencia, y él lo sabe, por lo que le saldrá de manera natural cumplir una función en la familia e intentará tenernos felices, siempre y cuando nosotros cumplamos con nuestro deber de tratarlo como se merece.

Tras varios años trabajando con perros, la implicación de sus guías es el aspecto que mayor repercusión va a determinar la calidad de vida de un perro y por consiguiente la convivencia en casa.
No debemos olvidar dos ideas:
- Somos las personas los que decidimos meter a un animal en casa o en la ciudad, contextos desconocidos para ellos y nada naturales, en los que de por sí solos no saben defenderse y serán totalmente dependientes de sus guías.
- Son seres que no ven el mundo ni se comunican como nosotros, debemos esforzarnos en entenderlos mejor y no al revés. La clave está en la paciencia porque ellos siempre quieren tenernos contentos, siempre y cuando haya un buen vínculo.
VÍNCULO CON SU DUEÑO- GUÍA
Cuando un perro no obedece a su dueño es porque algo falla en la comunicación o alguna necesidad básica no se está cubriendo como es debido, ya que como he mencionado anteriormente, si nos comunicamos bien con él y lo tratamos como se merece, él estará encantado de aprender a cambio de un poco de juego, afecto y alguna que otra chuche.
Si cubres estas necesidades correctamente, vas a tener la mejor correa del mundo para que tu perro quiera estar contigo; esta correa es invisible y se llama vínculo.
Como ya dije antes, un buen vínculo entre el perro y su guía es aquel que genera una dependencia sana, afecto y una identificación positiva.
Todos estos factores son clave para que tu perro sea feliz, pero si me tuviese que quedar con uno sería este, el vínculo, ya que es el que va a marcar todos los demás.
Un vínculo de calidad no quiere decir pasar el máximo de tiempo con nuestro perro. El perro debe saber estar sólo y debemos enseñárselo de forma gradual, si es posible, en la etapa de cachorro. Este punto es muy importante para la prevención y tratamiento de la «ansiedad por separación en perros».
SOCIALIZACIÓN
Socializar es habituar al perro a todo lo que vaya a ver y escuchar a lo largo de su vida; otros perros y animales, personas, coches, bicis, ruidos, superficies diferentes, manipulación etc.
Aunque estos contactos deberían darse durante toda la vida, hay una etapa muy crítica que va desde la semana 7 hasta la 12 en la que debemos tener especial cuidado. Mínimo hasta la semana 8 deberá estar con su madre y hermanos, ya que ellos les enseñarán cosas que a nosotros después nos costarían horrores, como la inhibición de la mordida.
Durante este tiempo debemos asegurarnos de que todo lo que experimente sea positivo y divertido. En la siguiente etapa, la juvenil, no nos debemos relajar, y también debe seguir siendo así.
¿Cómo lo hago hasta los 4 meses si no tiene las vacunas?
Sacándolo a la calle por lugares limpios, y ante la duda en brazos; visitando o que nos visiten amigos con perros (siempre que sean tranquilos, equilibrados y supervisando los encuentros); Reuniones con otros cachorros (clases de cachorros).
En la etapa de cachorro todo lo que le sucede se le queda grabado «a fuego» en su mente, por lo que debemos asegurarnos de que todos estos contactos deben ser experiencias positivas y evitaremos sustos que pueden desencadenar en miedos y traumas muy difícil de quitar cuando el perro sea adulto.
Si no tienes tiempo para tu perro no dudes en contactar con un paseador, adiestrador o educador canino profesional.
Y si quieres más información envíame un mensaje por la red social que más utilices. Contactar.
Muchas gracias y hasta el próximo artículo!!

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