
¿Qué es la ansiedad por separación y por qué se produce?
Se conoce que un 20% de los perros en España sufren de ansiedad por separación. El dato se refiere sólo a casos que atienden los profesionales del mundo canino, por lo que la cifra real es mucho mayor. Si tienes la más mínima sospecha de que tu compañero puede estar padeciendo este problema lee este artículo para intentar minimizar la ansiedad por separación.
La ansiedad es un estado emocional negativo debido a que el perro se anticipa a un miedo. En este caso, es el miedo a quedarse sólo y a que su propietario-guía o algún miembro de su familia no vuelva.
Esto es debido a que el perro es un animal social. Hasta no hace mucho tiempo los perros en España vivían en entornos rurales donde estaban casi todo el día acompañados por sus familias y otros animales. Campaban a sus anchas por los pueblos y por las ciudades en las que había menos tráfico, y eran más pequeñas que en la actualidad.
Ahora frecuentemente y con «suerte» el cachorro se separa de su madre a los 2 o 3 meses, para cambiarlo a un entorno y a una familia totalmente distintos. Su manada es la familia humana adoptante. Por lo que no es de extrañar que aparezcan este tipo de trastornos en los pobres perros.
Este problema puede aparecer en la etapa de cachorro y también cuando es adulto. Las causas suelen ser el destete prematuro, cambios de rutinas o de hogar, abandono, falta repentina de algún miembro de la familia al que estaba muy apegado o pasar de estar muchas horas acompañado a estar sólo.
Es muy frecuente adoptar a un perro en época de vacaciones, verano y navidad, fechas en las que está toda la familia con mucho tiempo disponible para el perro. Cuando todo vuelve a la rutina, niños al cole y padres al trabajo, el perro percibe un cambio muy drástico en horarios de comida, juego y salidas a la calle.
¿CUALES SON LOS SÍNTOMAS Y CUANDO SE PRODUCEN?
Los síntomas son muy variados y cada individuo presentará uno diferente o varios a la vez: Conductas destructivas, pérdida de peso por dejar de comer y hasta de beber, nerviosismo e inquietud, ignorar juguetes, síntomas depresivos, auto-lesionarse, aullidos y ladridos excesivos.
Hay dos momentos clave en los que se suelen dar estas conductas. El más frecuente es en los primeros 20 minutos después de quedarse sólo. El otro momento clave es cuando el perro prevé la llegada de su familia, los últimos 20 minutos. Tienen un reloj biológico muy marcado y se habitúan muy rápido a la hora a la que suelen volver sus propietarios.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Puesto que se puede confundir con aburrimiento del perro, lo primero es asegurarnos de que existe este trastorno. Hay perros que se quedan tranquilamente durmiendo 2 ó 3 horas y cuando se despiertan no tienen otra cosa mejor que hacer que morder hasta destrozar un sofá o su propia camita. Eso no es debido a la ansiedad por separación, sino a un contexto pobre de estímulos donde el perro se aburre.
Para asegurarnos lo mejor es grabar vídeos de esos primeros momentos en los que se queda sólo y si presenta alguno de los síntomas anteriormente expuestos tomar medidas para ayudar a tu compañero. Cuanto antes se empiece a tratar el problema más fácil será su tratamiento.
Enséñale a estar sólo.
Hay varias formas de hacerlo, una de ellas podría ser dejarlo en una habitación o terraza. La primera vez no más de 15 segundos y con alguna chuche o juguete interactivo, por ejemplo un dispensador de comida. Iremos aumentando el tiempo y sólo entraremos cuando el perro esté tranquilo.
Dependiendo de su avance podremos ir aumentando la distancia hasta llegar a salir de casa y volviendo a entrar, exactamente igual que antes muy progresivamente. Con esto estaremos simulando salidas para hacerle ver que no sucede nada.
Los perros no tienen nada mejor que hacer que observarnos todo el día y saben perfectamente cuando nos vamos a marchar por todo lo que hacemos antes de salir. Por lo que otra técnica es simular salidas 2 o 3 veces al día. Cogemos las llaves, nos ponemos la chaqueta cerramos la puerta y salimos. A los 15 segundos entramos e igual que antes, vamos incrementando el tiempo y la distancia.
No refuerces su nerviosismo al marcharte ni al volver.
Si al llegar a casa tu perro está muy excitado intenta ignorarlo. Ten paciencia y espera que se calme para saludarlo. Con el tiempo se irá dando cuenta y te recibirá más calmado. Tampoco le regañes ni le grites, los perros prefieren una mala atención a que pasemos de ellos.
Al marcharte de casa no le hables en tonos tristes para despedirte, ya que le estarás informando de tu marcha y se empezará a poner nervioso. Aquí también lo mejor es ignorarlo. Es el mejor momento de dejarle un juguete interactivo o un dispensador de comida.
Evitar hiperapego.
Esto es no fomentar que nos siga a todas partes. Para ello lo mejor es que tenga su zona segura y confortable y enseñarle a que se quede ahí mediante ejercicios de obediencia básica como el «quieto» el «a tu sitio y «la llamada».
Enriquece su ambiente

En internet hay infinidad de vídeos y audios de música relajante. También funcionan muy bien los juguetes interactivos como por ejemplo las mantas olfativas en las que pones bolitas de pienso y el perro tiene que usar su olfato para buscarlas. Los mantiene entretenidos esos primeros instantes en los que el miedo aparece.
Cánsalo antes de marcharte.
No se trata de dejarlo fundido haciéndolo correr tras una pelota 30 minutos. Se trata de dejarlo relajado mediante un buen paseo de calidad, en el que a parte de hacer sus necesidades le permitas explorar el terreno con su nariz e interactuar con otros perros o personas.
Trabaja su estimulación cognitiva.

Puedes trabajar su estimulación mental empezando 2 ó 3 horas a la semana y realizando ejercicios de adiestramiento en obediencia básica, juegos de olfato, juego con mordedores con la orden «suelta». Con este ejercicio también estaremos disminuyendo sus ganas de morder y de romper cosas de casa.
También hay que trabajar la gestión emocional y para ello lo más efectivo es realizar ejercicios de autocontrol y de propiocepción. Mediante estos ejercicios estaremos aumentando su seguridad y su autoestima, con lo que gestionará con más facilidad su ansiedad y tendremos un perro más seguro.
La clave está en la paciencia y no tirar la toalla. Informándonos de sus necesidades básicas y haciendo las cosas bien tu perro cambiará, pero debes mantener en el tiempo todas las recomendaciones. Si en un par de meses no ves mejoría o no tienes tiempo para trabajar con tu perro, ponte en contacto con un profesional del mundo canino.
Puedes contactar conmigo y seguirme en la red social que más utilices: https://paseoseducaninos.com/contacto/
Deja una respuesta